domingo, 20 de noviembre de 2016

POBREZA ENERGÉTICA

Según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), esta pobreza energética es la que encontramos en los hogares que no reciben una cantidad adecuada de servicios de energía por tener dificultades para pagar la factura. Lo últimos datos obtenidos a través del Instituto Nacional de Estadística (INE) dicen que un 11% de las familias (unos cinco millones de personas) no pueden calentarse en los meses más fríos debido a que no pueden pagar las facturas de la luz. También destaca que el 9,4% tienen retrasos a la hora de subir la factura de la luz. En España desde el año 2008 no para de subir el precio de la factura de la luz cada año. De tal forma que cada vez se convierte en algo más inaccesible para todos los sectores de la población española.



7.200 muertes en invierno (2011)
Habitar en una vivienda con temperaturas por debajo de niveles recomendables (entre 18 y 24 grados centígrados) tiene consecuencias sobre la salud. Un estudio de la oficina regional para Europa de la OMS realizado en 2011 estima que el 30% de las muertes adicionales que se producen en los meses fríos se puede atribuir a la mala climatización de espacios interiores. En España eso se traduce, según el estudio de ACA, en 7.200 fallecimientos cada invierno.
Matthias Braubach, uno de los editores de aquel informe, subraya que este porcentaje del 30% solo es válido para cuantificar “muertes prematuras en invierno asociadas a un exceso de frío en espacios interiores, no solo viviendas sino cualquier tipo de edificio”. “Esto quiere decir que no puede aplicarse este parámetro para cuantificar directamente la tasa de mortalidad causada por la pobreza energética, pues este es un concepto más amplio que se produce todo el año”.


Los efectos de la pobreza energética van más allá de sólo no poder encender la luz, poder comer o ducharse caliente o encender la calefacción. Esta pobreza energética está relacionada con una mayor prevalencia de enfermedades físicas y mentales -asma, artritis, reumatismo, depresión o ansiedad- y con el aumento de la mortalidad por patologías cardiovasculares y respiratorias entre personas mayores de 60 años en invierno. Es por ello, que la ACA ha calculado una estimación de las muertes que provoca la pobreza energética al año y ascienden a 7.200. Esta cifra es mucho más alta que las muertes provocadas por accidentes de tráfico.


 Gracias a organizaciones que se encargan de realizar terapias para poder ayudar a las personas que no pueden emplear la luz en casa, como la Cruz Roja, los casos de muerte por pobreza energética no aumentan demasiado. Por ejemplo, Cruz Roja atendió el pasado año a 16.887 hogares para ayudarles en el pago de casi 30.000 facturas de luz, gas y agua, a las que esta organización destinó 4,3 millones de euros.
En los últimos meses se han notado un acercamiento de las compañías en las que se intentan crear convenios para garantizar que nadie quede desfavorecido y sin poder utilizar energía eléctrica en sus hogares.
Las empresas como Endesa, han llegado a conseguir 150 acuerdos con ayuntamientos, comunidades autónomas u ONG, con los que ha conseguido cubrir al 98 % de sus clientes. Aseguran que del medio millón de cortes de suministros que realizó en 2015, ninguno fue a este tipo de afectados.
Renovables verdes 


Según el indicador de gasto en energía e ingreso anual de hogar basado en la EPF (Encuesta de presupuestos familiares), las regiones con tasas más elevadas de pobreza energética son las Comunidades Autónomas del interior y norte peninsular (más frías) como Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Navarra o Aragón. Por su parte, el indicador subjetivo de incapacidad de mantener la vivienda a una temperatura adecuada basado en la ECV (Encuesta de condiciones de vida), indica que las regiones más afectadas son, por este orden, Canarias, Murcia, Galicia, Andalucía, Extremadura e Islas Baleares. Es decir, en su mayoría Comunidades Autónomas de climas templados.