La iniciativa Muralla Verde
es una propuesta panafricana para unir el continente de oeste a este
mediante un corredor verde con el fin de luchar contra la
desertificación. Su objetivo es hacer frente a la pobreza y la
degradación de los suelos en la región del Sahel-Sahara, centrándose en una franja de tierra de 15 km de ancho y 7.100 kilometros de largo desde Dakar a Yibuti.
Las poblaciones del África saheliana se encuentran entre las más pobres y
más vulnerables a la variabilidad climática y degradación de la tierra.
Su supervivencia depende en gran medida de los recursos naturales de su
entorno. La agricultura de secano, la pesca y el manejo del ganado para
su subsistencia constituyen los sectores principales de empleo en la
región y generan al menos el 40 por ciento del producto interno bruto
(PIB) de la mayoría de los países de la zona. Además, aprovechan el
resto de recursos que les ofrece el entorno en que viven, como leña y
carne de animales silvestres, esenciales para la vida de estas
poblaciones. Por desgracia, el aumento de la presión demográfica sobre
los alimentos, forraje y leña en un ecosistema tan vulnerable ha
incrementado el impacto sobre los recursos naturales, principalmente en
la cubierta vegetal. La variabilidad del clima, junto con las frecuentes
sequías y una mala gestión del uso de la tierra y del agua, han secado
los ríos y lagos del Sahel y aumentado de la erosión del suelo.
La idea inicial de una línea de árboles que uniera de este oeste el
continente africano a través del desierto, ha evolucionado hacia un
proyecto de gran corredor verde como eje vertebrador de un mosaico de
acciones que abordan los desafíos a que se enfrentan las personas en el
Sahel.
El objetivo general de la Gran Muralla Verde es fortalecer la capacidad
de adaptación de los habitantes de la región y de los sistemas naturales
mediante una gestión integral de los ecosistemas, utilizando los
recursos de la tierra de forma sostenible, protegiendo el patrimonio
rural y mejorando las condiciones de la población local. Se pretende dar
soluciones a largo plazo a los desafíos apremiantes de la
desertificación, la degradación de la tierra y sequía.
Con el apoyo de la UE, la FAO y el GM-CLD, la Comisión de la Unión
Africana trabaja con trece países y otros socios en el desarrollo de
planes de acción nacionales y trans-fronterizos. Los países implicados
son: Argelia, Burkina Faso, Chad, Djibouti, Egipto, Etiopía, Gambia,
Mali, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal y Sudán.
Green planet