jueves, 28 de abril de 2016

Una niña un bosque (tradición de Piplantri, India)

Ser niña en Piplantri es sinónimo de vida. Cuando llegan al mundo las niñas en Piplantri hay una norma que todo el pueblo celebra con cariño e ilusión: se plantan 111 árboles, todo un bosque. De ese modo, se invierte en prosperidad al ofrecer a esa futura jóven un modo de subsistencia en una sociedad fuertemente patriarcal y patrilineal como es la India.

En esta árida región de Rajastán cuando nace un niño se celebran bailes y fiestas, pero cuando la que abre los ojos al mundo es una niña, es la tierra quien se alegra. Te contamos la razón… Una niña, un bosque: el “ecofeminismo” que empieza a germinar en la India.
El proyecto de Piplantri y sus normas 
 Las normas por las que se rige este maravilloso proyecto son:
Shyam Sundal Paliwal es el alcalde y creador de esta iniciativa y quien se vió obligado a reaccionar ante la alarmante situación. Su pueblo y su tierra se “desvanecían” lentamente en un escenario yermo de sonrisas femeninas y árboles.
Su idea no tardó en llegar: por cada niña que naciera se debían plantar 111 árboles. Además de ello, el propio pueblo contribuiría, en la medida que le sea posible, a ofrecer una pequeña cantidad de dinero para el futuro de esa criatura. Esta suma suele oscilar entre los 200 y 300 euros, y que se coloca a plazo fijo durante 20 años.
Los padres están obligados a firmar una declaración jurada prometiendo que no casarán a sus hijas antes de la edad legal, que se comprometen además enviarlas a la escuela regularmente y que cuidarán de los árboles hasta que la niña pueda hacerlo por sí misma.
Alrededor de cada árbol se cultivan plantas de aloe vera, campos enteros que sirven como medio de subsistencia para las mujeres: realizan jabones, cremas y jugos que más tarde comercializan. Las niñas nutren la tierra con su nacimiento y la madre tierra les aporta su “savia” como tributo maravilloso.
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