lunes, 26 de febrero de 2018

Claudia Quade Frau


Buñuel decía: “Hoy me propondrían quemar todas mis películas y lo haría sin pensar un momento. Y quemaría todas las obras de arte sin el menor remordimiento. A mí no me interesa el arte, sino la gente. ¿Que es una idea anarquista? de acuerdo, cada día lo soy más ¿De qué sirven y han servido tantas obras de arte? ¿Para llegar al estado en que vemos a la humanidad? No me interesan los genios en lo más mínimo si no son personas decentes. Y casi todo lo mejor, en arte, lo hacen los hijos de puta: No vale la pena, no lo admiro, no me interesa”.




La pieza principal “Insert Coin” nos habla del paso del tiempo y el poco sentido que tiene esa obsesión que tenemos por el dinero. Marx enseñó que el lujo es un defecto, tanto como la pobreza, y que nuestra meta debe consistir en ser mucho, y no en tener tanto. El hombre de hoy está muy cerca de la imagen que Huxley describe en “Un mundo feliz”; bien alimentado, bien vestido, y no obstante sin una identidad propia. Nuestra máxima preocupación es “divertirnos”. Divertirnos significa la satisfacción de consumir y asimilar comida, bebidas, productos inútiles, gente, películas; todo se consume, se traga. El mundo es un enorme objeto que devoramos, una gran manzana, un enorme pecho; todos succionamos, los eternamente expectantes, los esperanzados- y los eternamente desilusionados- Porque en cuanto hemos consumido y consumado queremos más. Un círculo vicioso del que es muy difícil salirnos.
Sin embargo en SIN ÁNIMO DE LUCRO se pretende reivindicar lo contrario, lo auténtico, lo que esta hecho con cariño, paciencia y tesón. Un pequeño homenaje a los famosos Mayetos de Rota que mimaban cada tomate como si fuera único.

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