La investigación se llevó a cabo entre octubre de 2015 y diciembre de 2017 en la laguna de Moorea, una isla del océano Pacífico en la Polinesia francesa. Los científicos observaron a 13 parejas de peces payaso, de la especie Amphiprion chrysopterus, que habitaban en anémonas. Su objetivo era medir cuántos huevos ponían, con qué frecuencia y cuántos de ellos sobrevivían a la incubación.
En marzo de 2016, el fenómeno climático de El Niño elevó la temperatura de la laguna al máximo histórico de 29,3 grados. El calentamiento del agua hace que algunos corales y anémonas expulsen zooxantelas, las algas que les dan su color, y adquieran un tono blanquecino. La investigadora de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París (EPHE) y coautora del estudio, Suzanne Mills, señala que no se sabe con certeza porque algunas pierden su color y otras no. “Algunos científicos creen que esto depende de las algas que habitan en ellas y otros defienden que tienen diferencias genéticas que les permiten hacer frente a las altas temperaturas”, explica.
La mitad de las anémonas monitoreadas en la investigación se blanquearon al perder las zooxantelas y recuperaron su color al cabo de cuatro meses cuando las temperaturas del océano volvieron a bajar. Los investigadores analizaron los niveles de estrés y de las hormonas reproductivas del pez payaso antes, durante y después del proceso de blanqueamiento.
El País