EL CAMBIO CLIMÁTICO INDUCIDO POR LA ACTIVIDAD HUMANA
Hemos llegado a un momento histórico en el que la humanidad se enfrenta a una crisis planetaria sin precedentes, originada precisamente por nuestras formas de vida. Desde la década de 1980 estamos consumiendo recursos naturales y produciendo desechos y contaminación por encima de la biocapacidad del planeta para reponerlos y regenerarlos. Nuestra responsabilidad como científicos y artistas es no solo identificarlos sino también contribuir a su mitigación y generar nuevos modelos de vida acordes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible promulgados por las Naciones Unidas.
Nos enfrentamos a numerosos impulsores del cambio global simultáneos: calentamiento global, transformaciones en los usos del suelo, sobreexplotación de recursos…, que han traído consigo la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad. Estamos inmersos en la sexta extinción. Pero no solo nos enfrentamos a una crisis ecológica sino también a una crisis social, económica y de valores. Todo ello dibuja un horizonte donde se hace fundamental buscar soluciones y propuestas creativas que nos permitan vislumbrar nuevas formas de organizar la vida personal y colectiva respetuosas con la integridad ecológica, el bienestar de la humanidad en su conjunto y la dignidad de cada ser humano como ser único e irrepetible.
IRREVERSIBILIDAD DE FENÓMENOS AMBIENTALES
Entre estos problemas, nos hemos centrado en el cambio climático inducido por su condición de epítome que sintetiza y expresa la irreversibilidad de algunos de estos fenómenos ambientales de origen antropocéntrico. En efecto, hemos iniciado ya procesos de no retorno en términos de tiempo humanos, como el calentamiento global, el deshielo del Ártico, la subida del nivel del mar… Procesos que exigen una acción decidida de los gobiernos del mundo para cumplir los objetivos planteados en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático resultado de la COP 21 y reforzados en las COP 22 Y 23 celebradas en Marrakech y Bonn respectivamente. Hoy existe ya un consenso internacional sobre la urgencia de atajar las causas que generan este problema, mitigar sus consecuencias y crear mecanismos de adaptación a las nuevas circunstancias históricas que, en el presente y en el futuro inmediato, ha de afrontar la humanidad.
Si algo vamos sabiendo es que, aparte de la irreversibilidad de algunos de estos procesos, el cambio climático genera un aumento de la incertidumbre, un escenario en el que muchas de nuestras seguridades están quebradas ante el hecho de que sabemos que el sistema ecológico global va a sufrir cambios abruptos pero no sabemos con precisión ni dónde ni cuándo.
Ante esta gran incertidumbre, ¿qué tipo de conocimiento se necesita para abordar los enormes retos que enfrentamos?, ¿cómo interpretar la realidad compleja de un reto que es nuevo en la historia de la humanidad?, ¿qué papel juega la ciencia?, y el arte, ¿qué claves puede darnos?
EL DIÁLOGO CIENCIA/ARTE
Partimos de la evidencia de que, ante problemas complejos, se imponen formas de abordaje complejas. En ese sentido, desde hace décadas se viene trabajando por una “tercera cultura” que integre los aportes de las ciencias experimentales con las visiones humanistas y culturales, a fin de alcanzar visiones integradas para el conocimiento e interpretación de la realidad.
En esa dirección, la capacidad de conocimiento riguroso y de formular diagnósticos de la ciencia se ve complementada con el plus de imaginación y creatividad que ofrece el arte, de modo que, actuando al unísono, la sinergia de ambos enfoques puede ofrecernos no solo información sobre el cambio climático y sus consecuencias sino también propuestas inéditas, soluciones inexploradas, relativas a la difusión y concienciación del problema entre la ciudadanía y a la emergencia de las nuevas formas de vida que nuestras sociedades necesitan en la transición hacia la sostenibilidad.
Somos conscientes de la necesidad de crear puentes transdisciplinarios entre la ciencia y el arte, mediante el diálogo de científicos y artistas, a fin de alcanzar formas de comprensión de éste y otros retos socioecológicos en las que el concepto de “frontera” como separación entre saberes sea sustituido por el de “ecotono cultural” como espacio de encuentro.
CREAR UN ESPACIO TRANSDISCIPLINAR: ANÁLISIS CIENTÍFICO
Porque, felizmente, existen muchas más afinidades entre el proceso científico y el artístico de las que, por lo general, se tienen en cuenta. En el devenir histórico del último siglo, la apertura y las zonas de confluencia también son visibles, si bien conviene reforzarlas e incentivarlas focalizando su integración con el discurso ambiental y los valores de la sostenibilidad.
Con este enfoque integrador abordamos el presente Simposio desde la voluntad de crear un espacio transdisciplinar en el que confluyan análisis científicos y consideraciones artísticas, en la confianza de que, de ese modo, podremos articular la información, el diálogo, la imaginación y la creatividad que se necesitan para el cambio a partir de la capacidad innovadora del ser humano. En palabras de los maestros, el por-venir está por-hacer. Nuestra responsabilidad es enorme. Somos la primera generación que se hace consciente del problema y tal vez la última con capacidad y tiempo para resolverlo.
Natura