lunes, 4 de noviembre de 2019

Negocio de ropa usada en África


¿Cuáles son las consecuencias de exportar ropa usada en estos países?

Miles de zapatillas de marcas como Nike o Adidas amontonadas, camisas de Ralph Lauren y Zara polvorientas o trajes para hombres de estilo anticuado son prendas habituales de ver en los mercados locales si uno viaja por países africanos. Kenia, Uganda Tanzania, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria son los principales mercados de ropa usada en este continente.
Este negocio beneficia a los locales que pueden adquirir prendas de calidad por un precio muy inferior al que puede costar en Occidente, a los ciudadanos que se dedican a la venta de estos productos -la mayoría de las veces, en el sector informal de la economía-, y a los gobiernos, que se proveen de ingresos a través de los aranceles en las aduanas. Sin olvidar a las empresas exportadoras de los países desarrollados.

A primera vista, todo parecen ventajas para todas las partes. Pero en 2015, la Comunidad de África del Este (EAC por sus siglas en inglés, que agrupa a Kenia, Tanzania, Uganda, Ruanda, Burundi y Sudán del Sur) anunció que prohibirían la importación de ropa usada en 2019. Siguen la senda de países como Bolivia, México o Zimbabue, donde prohibieron la importación tiempo atrás. Y el objetivo es claro: fortalecer una industria textil que ha quedado en mínimos debido la dificultad de ser competitivo con la importación de ropa usada a bajos precios. Estas políticas de prohibición, de carácter proteccionista, ya empiezan a pasar factura al sector que venía creciendo con fuerza en los últimos años.
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