miércoles, 23 de agosto de 2017

Reflexiones; el ser humano


Todos hemos escuchado o leído alguna vez la expresión “otro mundo es posible”. Inmediatamente viene a nuestras mentes un mundo más justo, más solidario...un mundo en el que nos organizamos de una manera menos egoísta y más empática, en definitiva un lugar mejor. Y es que “mundo” alude a lugar o podríamos decir que a nuestro hogar. Es sin duda una gran meta esta y algo a lo que deberíamos aspirar la especie humana, a poder vivir en un espacio más favorable para todos sin olvidar por supuesto a los animales y a las plantas, a los ecosistemas y al conjunto de la naturaleza que somos todos. Sin embargo, esta visión de un lugar o mundo mejor hace que dirijamos nuestras miradas hacia el exterior pasando por alto el paso necesario antes de poder lograr tan ansiado objetivo, y es una mirada hacia nosotros mismos.

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Exijamos pues el tener derecho a un medio ambiente enriquecedor ya que se trata de que inevitablemente nos vamos haciendo: demandemos un sistema educativo que forme personas críticas y empáticas; exijamos una televisión y unos medios que nos aporten valores enriquecedores, neguémonos a visualizar contenidos que nos deshumanicen y apostemos en cambio, sabiendo que nos vamos haciendo a nosotros mismos cada día, por rodearnos de textos, de libros, de películas, de personas, de colectivos...que ayuden a que crezcamos como humanos, que fomenten o permitan que nuestras capacidades se puedan desarrollar. Porque si se trata de hacerse a uno mismo, si la cuestión de fondo es que otra sociedad diferente de la actual es posible, deberemos reparar en todo aquello que nos va formando y exigir que las bases desde las que se nos forma o “construye” sean radicalmente cambiadas. Porque otro mundo será posible solo si otro ser humano es posible.

Vicente Berenguer