lunes, 15 de mayo de 2017

Útil o inútil


La crónica de sucesos acaecidos en París el 26 de diciembre de 2013 revela que un hombre de letras desesperado, enojado contra unas instituciones indiferentes a su amor apasionado por la cultura, embistió con su coche las puertas enrejadas del palacio del Elíseo. El conductor, Attilio Maggiulli, no pudo soportar lo que consideraba un desprecio oficial hacia el proyecto de su vida, el Théâtre de la Comédie Italiénne —que perdió casi un 50% de subvenciones públicas en tres años—, y no halló forma mejor de presentar su memorial de agravios que estampando su indignación contra la sede oficial de la presidencia de la República Francesa.

Hasta ahí la historia resumida de Maggiulli. Esta crónica aborda, sin embargo, la historia de otro hombre de letras indignado, el profesor italiano Nuccio Ordine (que figura en su partida de bautismo como Diamante Ordine). Con los mismos o parecidos personajes —una cultura apuñalada, una educación asfixiada y un pueblo adormecido—, Ordine (Diamante, 1958) ha preferido usar la palabra para embestir contra la ignorancia promovida desde las instituciones y advertir de sus efectos a la ciudadanía. Si dejamos que nos roben el legado de nuestros antepasados y que se mutile el conocimiento, avisa, no es que dejemos de ser personas cultivadas: es que las generaciones futuras dejarán de ser personas en sentido estricto.
La tesis central del libro puede ser resumida en la idea de que la literatura, la filosofía y otros saberes humanísticos y científicos no son inútiles, como cabría deducir de su progresivo destierro en los planes educativos y presupuestos ministeriales, sino imprescindibles. “El hecho de ser inmunes [dichos saberes] a toda aspiración al beneficio” constituye, según el autor, “una forma de resistencia a los egoísmos del presente, un antídoto contra la barbarie de lo útil, que ha llegado incluso a corromper nuestras relaciones sociales y nuestros afectos más íntimos”.
¿Por qué este libro? “Llevo 24 años como profesor intentando convencer a mis alumnos de que no se viene a la universidad a obtener un diploma, sino a intentar ser mejores, esto es, a aprender a razonar de forma autónoma”. Para Ordine, la transmisión del amor por el conocimiento es un deporte de combate. Y eso implica desmontar algunas ideas materialistas imbuidas por el sistema capitalista. “La gente piensa que la felicidad es un producto del dinero. ¡Se engañan!”, afirma.

Dicha pretensión se ha extendido ya a todos los ámbitos. “El utilitarismo ha invadido espacios en los que que no debería haber penetrado nunca, como las instituciones educativas”, denuncia el profesor calabrés. Y advierte: “Cuando se recorta el presupuesto para las universidades, las escuelas, los teatros, las investigaciones arqueológicas, las bibliotecas… se está cercenando la excelencia de un país y eliminando cualquier posibilidad de formar a toda una generación”.

UN CV BRILLANTE
Nuccio Ordine es filósofo y profesor de literatura italiana de la Universidad de Calabria.
Ha enseñado en la Universidad de Yale, la de Nueva York, la Sorbona de París o el instituto Warburg de Londres. Desde 2012 es caballero de la Legión de Honor francesa. La utilidad de lo inútil es su último ensayo.

Cultura El País


Playgrounds se apoya "en la obra de artistas históricos, como Cartier Bresson, pero Un saber realmente útil lo hace en "autores contemporáneos, porque la educación se ha convertido en un elemento capital en la obra de los artistas actuales", nos detalla el responsable del museo, que discierne el interés de las comisarias en tres puntos principales.


El interés se centra seguidamente en el autoaprendizaje, y el director discierne entre el concepto de los términos anglosajones "'play', que significa jugar inventando las normas, y 'game', que es un juego con normas establecidas". La exposición ejemplifica este punto con la película En rachâchant (1982) de Huillet y Straub y las imágenes de alumnos en clase de Hicham Benohoud. Y finalmente la propuesta refleja un elemento contenido "en nuestra propia sociedad, sobre cómo se generan nuestras propias relaciones", concluye Borja-Villel, expresado "en un arte partisano" y la presencia de artistas y colectivos cercanos al activismo, como Emory Douglas, forjador del potente vocabulario visual de los Panteras Negras estadounidenses de los años sesenta.