martes, 5 de diciembre de 2017

Síndrome de Savant adquirido

El síndrome del savant es una tesis propuesta por Darold Treffert referida a individuos con algún talento o competencia extraordinariamente desarrollada, por el motivo que sea, tenga o no una aplicación práctica productiva directa más allá del propio interés o del espectáculo de una curiosidad. Parece ser que estas capacidades pueden incluir la memoria fotográfica de por ejemplo calendarios enteros o números primos, o el cálculo mental rápido, entre muchas otras cosas.

El síndrome del savant es una de las causas que han llevado a la creencia errónea de que algunas personas autistas o con síndrome de Asperger pudieran tener un intelecto superior,[cita requerida] ya que las zonas del cerebro que controlan la inteligencia emocional e interpersonal están atrofiadas, permitiendo un desarrollo anormal del resto de las áreas del cerebro.

A las personas con alguno de estos talentos los denomina savants, traducido por Adrián Triglia en una entrada de un blog como "sabios" (Triglia introduce el término "savantismo" en dicha entrada), aunque la traducción literal del francés "savants" es "sabedores" (sapientes).
Jason Padgett: síndrome de savant adquirido
Wikipedia

Aunque este estado patológico, según lo define el investigador Darold Treffert, es congénito, Jason Padgett es una excepción. No nació con sus habilidades, sino que estas llegaron cuando tenía 30 años. Es uno de esos casos clínicos que transforman paradigmas científicos y ponen de manifiesto lo sorprendente que puede llegar a ser la mente humana.

Jason era un joven poco estudioso y más preocupado por pasárselo bien con sus amigos. Una noche, saliendo con ellos, fue agredido violentamente. Sufrió una conmoción cerebral y, tras pasar por el hospital y volver a casa, se dio cuenta de que todo había cambiado.

Por un lado, empezó a sufrir distintos trastornos como TOC, agorafobia o depresión. Y, por otro lado, el síndrome de savant le llevó a ser un genio de las matemáticas, a pesar de que antes era casi un inepto en esta materia. Realizaba cálculos mentales y visualizaba la realidad mediante patrones geométricos.

Los médicos estudiaron su condición y vieron que, tras sufrir la conmoción cerebral, algunas áreas del cerebro que en su día a día permanecían inactivas, con el golpe se activaron para sustituir las funciones dañadas. Extraordinario, ¿no?

Sara Clemente