El aumento de las temperaturas por el calentamiento global está aumentando las solicitudes de asilo en Europa. Un estudio muestra además que el cambio climático hará que los números de asilados no dejen de subir a lo largo del siglo. Aunque las cifras de los que piden asilo son una pequeña parte del flujo migratorio, muestran como el fenómeno de los refugiados climáticos será un multiplicador de amenazas.
Dos investigadores europeos de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE UU) han estudiado las conexiones de factores climáticos con el número de personas que solicitan asilo en la Unión Europea (UE). Hasta ahora, científicos y organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) habían alertado de la conexión entre calentamiento y migración. Pero el asilado no huye simplemente del calor, escapa del conflicto, de la revuelta o la guerra. Mostrar una conexión entre asilados y cambio climático es conectar calentamiento con guerras y conflictos.
La primera parte del estudio, que incluye los datos de 103 países de origen, se inicia en el año 2000 y se detiene en 2014, justo antes del estallido de la crisis de los refugiados en 2015. Un aluvión que habría distorsionado sus datos. Publicado en la revista Science, ha encontrado una correlación entre la temperatura en el país de origen en un año dado y el aumento (o reducción) de las solicitudes de asilo al año siguiente.
De media, en el periodo estudiado, pidieron asilo en Europa unas 378.000 personas cada año. De ellas, apenas el 11,4% vio reconocido su estatus como refugiado. Pero, en un dato que puede parecer paradójico, el porcentaje de solicitudes procedentes de zonas con mayores anomalías climáticas que fueron aprobadas se triplicó. Las normas para la concesión de asilo son las mismas todos los años y casi iguales en todos los países europeos, así que este fenómeno solo puede indicar que, de nuevo, el calentamiento aparece como el desencadenante de otros problemas que son los que acaban por obligar a las personas a huir de sus países.
El país
NACIONES UNIDAS — Más de 65 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares, el mayor número desde la Segunda Guerra Mundial; casi 25 millones de ellas son consideradas como refugiados y solicitantes de asilo que viven fuera de su propio país. Sin embargo, esa cifra no incluye a quienes se desplazan debido al cambio climático.
Conforme a la legislación internacional, solo aquellos que han huido de sus países debido a una situación de guerra o persecución pueden clasificarse como refugiados. Quienes se ven obligados a abandonar su hogar debido al cambio climático, o que se van porque el cambio climático les dificulta ganarse el sustento, no pueden solicitar que se les clasifique como tales.
La legislación no les ofrece protección a menos que puedan demostrar que huyeron de una zona de guerra o enfrentan amenazas de persecución si regresan a casa.
¿Por qué nadie propone una nueva legislación?
En primer lugar, los defensores de los refugiados temen que si se renegociara el tratado respectivo, promulgado en 1951, políticos de distintos países intentarían eliminar algunas de las protecciones actuales. En este grupo está incluido el gobierno de Trump, que decidió negar el ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de ocho países —incluidos refugiados de Siria y Yemen, que se encuentran en guerra—.
Un grupo de académicos y defensores han trabajado durante dos años en un tratado totalmente nuevo, con categorías aplicables a quienes se ven obligados a desplazarse por distintos motivos, incluso debido a estragos causados por el cambio climático. Michael W. Doyle, un profesor de Columbia que encabeza las acciones para redactar el nuevo tratado, comentó que no espera que se acepte pronto, pero insistió en que es necesario arrancar las pláticas cuanto antes puesto que el número de personas que abandonan su país de origen y terminan en otro donde muchas veces su situación legal no es clara, ha alcanzado cifras récord.
New york times