Algunos datos de pobreza y desigualdad social
La
situación social y económica como es sabido a día de hoy es muy
preocupante: el último informe de Eurostat ofrece datos que no pueden
dejar a uno indiferente si tiene alguna empatía con el género humano.
Por ejemplo, según el indicador AROPE, en el Reino de España, el 28,6%
de la población, es decir, más de 13 millones de personas, vivía en 2015
en riesgo de pobreza y exclusión. Más de 4 millones de personas sin
empleo y varios millones de trabajadores cobran un sueldo inferior al
salario mínimo interprofesional. La tasa de trabajadores pobres (es
decir, aquellas personas que poseen un empleo legal y que, pese a ello,
se sitúan por debajo del umbral de la pobreza) ha pasado del 11,7% en
2013 al 14,8% en 2015. La mayoría de los contratos que se realizan
(nueve de cada diez) son temporales. La tasa de temporalidad en el
empleo es una de las más altas de Europa con más del 25%, superado sólo
por Polonia.
Detrás de estos datos, como es bien sabido, hay
muchas personas que padecen y sufren situaciones de pobreza y miseria
tremendas. Pero tal vez lo que es bastante menos sabido es que en muchas
ocasiones también presentan problemas de salud mental.
Los
determinantes sociales de la salud (mental) nos ponen de manifiesto que
los humanos somos vulnerables a la inseguridad económica y a la
precariedad laboral. El formar parte de una clase social empobrecida o
estar en una posición inferior en la jerarquía social habitualmente
también conlleva tener peores indicadores de salud. Tampoco podemos
olvidar que las privaciones en la infancia pueden tener también efectos
persistentes y graves en la salud a lo largo de la vida. Recordar aquí
que el Reino de España se encuentra en tercera posición europea en
pobreza infantil, detrás de Rumania y Bulgaria. 1 de cada 3 niños se
encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.
La inseguridad
económica derivada de no disponer de una ocupación, de tener un trabajo
precario, deudas o hipotecas repercute asimismo de forma muy
considerable en la salud mental.
Los principales factores de
riesgo de los trastornos del estado de ánimo como la depresión se
relacionan con la situación laboral de la población. Las distintas
situaciones de nuestra vida laboral afectan a nuestras emociones y a
nuestra salud (mental): no es lo mismo disponer de un trabajo fijo que
de uno eventual, estar bien o mal pagado, con o sin derechos laborales o
que el empleo sea adecuado a nuestra formación o no.
El aumento
de las desigualdades socioeconómicas y cómo éstas van acompañadas de un
importante aumento de las patologías mentales en los últimos años ha
sido corroborado por una considerable evidencia científica.
Publicamos la exposición que Sergi Raventós, trabajador de una
Fundación de salud mental, realizó en el VII Congreso Internacional de
Bioética que tuvo lugar en la Facultad de Filosofía de la Universidad
Barcelona los pasados 24 y 25 de noviembre.