jueves, 22 de diciembre de 2016

Cambio climático y enfermedades infecciosas

El fenómeno de El Niño tiene implicaciones en salud pública


A nivel global, El Niño está asociado a un aumento de los desastres naturales, que pueden afectar a las cosechas, a la disponibilidad de alimentos y de agua potable, a la migración masiva de personas, etc. La incidencia de algunas enfermedades infecciosas puede agravarse en estos casos por la malnutrición y la hambruna, que pueden afectar al estado inmunitario, el hacinamiento o la falta de agua potable. Además, la transmisión de algunas enfermedades a través de vectores puede verse afectada también por factores meteorológicos.


Por ejemplo, existe evidencia epidemiológica de la relación entre El Niño y un aumento de los casos de malaria en Suramérica y el Sudeste asiático. Una revisión de los casos de malaria entre 1960-2006 en Colombia, sugiere que los cambios de un grado de temperatura en la superficie del agua, debido al fenómeno de El Niño, se correlacionan con un aumento de un 20% de malaria (2).


Malaria, diarreas, gripe, dengue, hantavirus, ... enfermedades infecciosas cuya incidencia está influenciada por el fenómeno metereológico de El Niño

También se ha demostrado la relación entre la incidencia de enfermedades diarreicas y el fenómeno del El Niño. En Bangladesh, el patrón de las epidemias de cólera durante 18 años se relaciona con cambios atmosféricos y de temperatura que coinciden con fenómenos de El Niño (3), y en Lima (Perú) en 1997 hubo un cambio en el patrón epidemiológico de diarreas agudas por un aumento de temperatura asociado a El Niño (4). También se ha relacionado incluso el adelanto de los picos de las epidemias de gripe en Japón con los años asociados a fenómenos relacionados con El Niño (5).
 
Aunque la asociación no es tan evidente, también existen datos que sugieren que otras enfermedades trasmitidas por mosquitos, como el dengue, pueden estar influenciadas por el fenómeno de El Niño (se han demostrado fluctuaciones estacionales de dengue influenciadas por un aumento de lluvias en Puerto Rico (6). En otros casos, los roedores pueden actuar como reservorio o almacén de varias enfermedades y su número tiende a aumentar en épocas de inviernos húmedos y suaves. Por ejemplo, se ha descrito un aumento del número de casos de peste en Nuevo México o de infecciones por hantavirus en EE.UU. asociados a un aumento de la población de roedores en épocas de lluvias seguidas de sequias relacionados con El Niño (después del fenómeno del El Niño de 1997-98 la población de roedores en zonas del sur de EE.UU. aumentó hasta 20 veces y los casos de infecciones humanas por hantavirus se incrementó 5 veces). En estos casos la relación entre la infección y el fenómeno de El Niño no está demostrada, pero al menos es muy sugerente.


El aumento de temperatura y la variación extrema de precipitaciones debidas al El Niño influyen en el riesgo de padecer enfermedades trasmitidas por vectores y infecciones intestinales en EE.UU.
Microbio