viernes, 5 de junio de 2020

Contaminación de los suelos

Aunque en ocasiones pasen inadvertidos, los contaminantes se encuentran presentes en nuestros suelos debido a una gran diversidad de actividades. Esto supone una grave amenaza a un recurso no renovable que resulta clave para el desarrollo de un futuro sostenible.

Se estima que el 95 % de nuestros alimentos provienen, de forma directa e indirecta, de los suelos. Es decir, la contaminación de los suelos es algo que nos afecta a todos.

Siguiendo el principio de quien contamina, paga, el anteproyecto de ley de residuos y suelos contaminados (publicado el pasado 2 de junio) pone de manifiesto que el responsable de la contaminación está obligado a realizar las operaciones de recuperación de suelo requeridas. Sin embargo, esto no ha sido siempre así.Una vecina protesta por la contaminación de Love Canal (1978). Wikimedia Commons

El desarrollo normativo de la protección de suelos fue tardío respecto al de otros medios como el agua y el aire. Probablemente, esto se debe a que los efectos de la contaminación en estos medios resultan más evidentes.

Hasta 1980 no existía regulación sobre la protección de suelos contaminados. El impulso regulatorio provino del desastre de Love Canal, un área residencial cercana a las Cataratas del Niágara en el que vertidos de productos químicos tóxicos afectaron a la salud de cientos de residentes a finales de los setenta.
Mapa de los suelos contaminados en España

Entre los focos de contaminación de mayor relevancia destacan la minería, los vertederos, la intensificación de la agricultura y las actividades industriales. Se pueden distinguir, fundamentalmente, dos tipos de vertidos:


Los accidentales. Por ejemplo, por lixiviación desde los vertederos y derrames accidentales de sustancias peligrosas.


Los intencionados. Provocados, por ejemplo, por la adición de fertilizantes, plaguicidas y otras sustancias tóxicas, el uso de aguas residuales no tratadas para el riego de suelos y la aplicación inadecuada de lodos de depuradora en el sector agrícola.

Realizar una radiografía exacta del estado de los suelos en España no resulta una tarea sencilla debido a que la contaminación, con frecuencia, no se puede evaluar directamente.

Según el Instituto Geográfico Nacional, los suelos contaminados se ubican, principalmente, en aquellas zonas donde se llevan a cabo actividades mineras e industriales. Destacan como los sitios más afectados las zonas industriales del País Vasco, Asturias y Madrid, las rías gallegas y las áreas costeras del este.

En el territorio peninsular también cobran especial importancia las zonas caracterizadas por tener una larga tradición minera, como, por ejemplo, Linares-La Carolina y la Sierra Minera Cartagena-La Unión.

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María Villén Guzmán