jueves, 19 de marzo de 2020

TENTE y COVID

¿Quién se acuerda del TENTE? Probablemente muchas personas de mi generación (nacidos a principios de los 60, yo soy del 63) recordarán este juego de piezas de construcción que se fabricó en Barcelona desde 1972 hasta 1993. Luego se recuperó desde otra marca y finalmente al cabo de los años desapareció. Aunque salió después de LEGO, la alternativa nórdica, que sigue triunfando, lo cierto es que muchas familias españolas (y de algunos países más, en América por ejemplo) optaron por TENTE para sus hijos. Para muchos, entre los que me cuento, fue nuestro juguete preferido durante nuestra infancia, pues permitía desarrollar nuestra imaginación e inventar cualquier objeto que quisiéramos construir. En la primera generación de TENTE (luego, como LEGO, se reconvertiría a la moda del momento y salieron cajas con piezas muy singulares que prácticamente solo servían para ese objeto a construir, fuera un barco, un coche o un avión) las piezas eran genéricas, muy simples, ladrillos básicos de colores (como los de la foto que abre este artículo), de diferentes tamaños, que se podían combinar de infinitas maneras y podían dar lugar a cualquier forma u objeto. Solamente necesitábamos unir las piezas para generar el objeto deseado.

¿A qué viene hablar del TENTE en este blog de gen-ética? Pues lo traigo a colación de una idea que se me ocurrió estos días en casa de confinamiento obligatorio que todos estamos viviendo, debido a la epidemia de coronavirus que está azotando en España, y al resto de mundo. Se me ocurrió echar mano del TENTE para intentar explicar cómo se estaba diagnosticando la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 (causante de COVID-19) mediante la técnica llamada de RT-PCR, que son las iniciales en inglés de Transcriptasa Inversa (o Reversa) y Reacción de la Polimerasa en Cadena. La detección del coronavirus es una prueba médica de diagnóstico que tiene en vilo a mucha gente estos días. Muchos están pendiente de ella, pero me atrevería a decir que muy pocos entienden cómo se lleva a cabo. Por eso me propuse aportar mi granito de arena con esta propuesta de divulgación vintage, usando un juguete que está en el imaginario colectivo y que esperaba fuera una buena herramienta de comunicación visual para transmitir la idea que quería explicar. (Naukas)