jueves, 5 de septiembre de 2019

Más incendios

Los graves incendios de este verano en la Amazonia y su representación en un mapa difundido por la NASA han servido para aflorar otras zonas del planeta calcinadas por las llamas, como Alaska, Siberia o el África central. Y también para denunciar las causas, como las prácticas agrícolas para fertilizar los campos, o bien las políticas medioambientales de países como Brasil que fomentan la deforestación.

A falta de datos sobre la superficie total quemada en el planeta este verano, en Greenpeace ponen en valor que la catástrofe en la Amazonia ha servido para crear conciencia sobre la crisis climática. "Ha sido, salvando las distancias, el 'metoo' de los bosques", explica Miguel Ángel Solo, portavoz de la campaña de bosques de la ONG.

Los incendios son responsables del más de un cuarto del total de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero a la atmósfera y América Latina tiene su propia contribución a la hoguera ambiental. Las imágenes satelitales de las llamas que se esparcieron por Brasil iluminaron esta vez como nunca antes las dimensiones de un problema de alcance regional que combina factores económicos, políticos y, a estas alturas, climáticos. El denominador común es la expansión a toda costa del negocio agropecuario, informa Abel Gilbert.

La mano del hombre está detrás de un 80% de las llamas. La tala para el pastoreo y la ganadería abrieron los caminos del desastre. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil reportó que durante los primeros ocho meses del Gobierno de ultraderecha fueron deforestados 9.250 kilómetros cuadrados, 1.813 más que en el 2018. Como si fuera arrasado casi un tercio de Catalunya. La destrucción tuvo amplia la tolerancia estatal. Los grandes grupos económicos colocaron como ministra de Agricultura a Tereza Cristina Dias, llamada por las oenegés la "musa del veneno" por su apoyo a los agrotóxicos. "Lo peor está por venir", advirtió el ingeniero forestal y coordinador general de MapBiomas, porque los bosques calcinados en estos días han sido consecuencia de la tala en abril, mayo y junio. "Lo que ocurrió en julio y agosto arderá en septiembre y octubre".
R. Mir de Francia / M. Marginedas / A. Gilbert / J. Figueras / M. Vilaseró