Durante este mes podremos disfrutar de la observación de cinco planetas a simple vista.
 En el amanecer Venus será visible durante todo el mes por el horizonte 
Este, mientras que Saturno será visible desde la segunda parte de la 
noche por el Sureste. Al atardecer, hasta el día 10, podremos observar 
Mercurio muy bajo por el horizonte Oeste, mientras que Marte permanecerá
 visible todo el mes a principio de la noche por el Noroeste. Desde el 
anochecer, y durante toda la noche, podremos observar Júpiter.
El viernes 7, Júpiter se encontrará en oposición. Esto significa que Júpiter, la Tierra y el Sol se situarán sobre la misma línea recta.
 En esta configuración, Júpiter se encuentra lo más cerca posible de 
nuestro planeta, pero, aún así, su distancia supera los 660 millones de 
kilómetros. Ese día, el gigante gaseoso se levantará según se acueste el
 Sol y atravesará la bóveda celeste para acostarse al amanecer. En la 
mitad de la noche se encontrará a unos 50 grados de elevación en 
condiciones inmejorables para su observación desde España. Con unos 
buenos prismáticos o un pequeño telescopio será posible observar sus 
características bandas nubosas, su gran mancha roja y sus cuatro mayores
 satélites: Io, Europa, Ganímedes y Calisto, que fueron descubiertos por
 Galileo en 1610. Además de Júpiter, este mes podremos disfrutar de la 
observación de Marte, Venus y Saturno, que serán nuestros luceros 
matutinos.
Cuatro días después, en la noche del 10 al 11,
 tendremos a Júpiter muy cerca de la Luna llena, en Virgo y por encima 
de la estrella Spica, acompañándonos desde la puesta de Sol al alba. 
Finalmente, la noches del domingo 23 y el lunes 24 se formará una bonita
 estampa al alba, una hora antes de que se levante el Sol, cuando Venus 
se encuentre muy cerca del fino filo de la Luna menguante.
Lluvia de estrellas
Las Líridas son trozos del cometa de largo periodo 
Tatcher. Esta lluvia de estrellas fugaces será visible entre el 16 y el 
25 de abril, alcanzando su máximo hacia el día 22. Durante las noches de abril, la Vía Láctea no está muy alta sobre el horizonte y, por eso, éste es un mes perfecto para observar las galaxias exteriores sin que nuestra propia galaxia nos estorbe.
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