Naukas: Entrevista: La era sintética según Christopher PrestonEntrevista: La era sintética según Christopher PrestonPosted: 23 Apr 2021 01:00 AM PDT
Christopher Preston, escritor y profesor en la Universidad de Montana
Para algunos sociólogos, vivimos en la era de la información. Para determinados marxistas, estamos más bien en la era del capitalismo avanzado, y para un filósofo como
Christopher Preston, sería más adecuado hablar de
la era sintética. Nuestra época no solo se define por la saturación informativa y por la mercantilización o el consumismo, sino por la nanotecnología, la biología molecular y las perspectivas de un futuro donde la ingeniería del clima se podrá llevar a cabo a una escala global. Preston desarrolla en La era sintética (Biblioteca Buridán, 2021) los miedos y esperanzas que surgen a partir de estas tecnologías.
ANDRÉS LOMEÑA: En su libro discute extensamente en torno a la ingeniería climática que se propone reconfigurar la sostenibilidad del planeta. A mí me viene a la cabeza automáticamente esa estúpida idea de soltar zorros en la naturaleza solo porque hay superpoblación de conejos. Sabemos cómo acaban esas historias. Por otra parte, hay un ecologismo que parece no darse cuenta de que el antropoceno ya está aquí. ¿No hay un punto intermedio entre esas dos visiones del futuro próximo?
CHRISTOPHER PRESTON: La pregunta del millón de dólares es cómo lograr ese equilibrio. Está claro que hay tecnologías que pueden ayudar con los problemas que surgen con el antropoceno (por ejemplo, la nanotecnología desarrollando paneles solares y baterías más eficientes o la biología sintética creando vacunas para enfermedades zoonóticas). También parece evidente que algunas de esas tecnologías pueden ser un salto demasiado hacia adelante y quizás sobrestimen la capacidad humana para predecir y controlar (por ejemplo, el control genético de insectos o la ingeniería climática con aerosoles estratosféricos). La era sintética trata de encontrar un término medio sin prejuzgar cada tecnología. Me gusta señalar los daños, así como los beneficios potenciales.
Como filósofo, no me corresponde a mí tomar las decisiones. Estas han de llevarse a cabo por un público inclusivo, diverso e informado. El proceso de toma de decisiones debería incluir a quienes tradicionalmente se han quedado fuera.
A.L.: ¿Tan prometedoras son las técnicas CRISPR? Siempre pienso en David Graeber, que nos recuerda la creencia en coches voladores a principios del siglo XX y ahora tenemos… Twitter e Instagram.
C.P.: La idea de las “tijeras moleculares” ha sido una forma muy confusa de hablar sobre CRISPR. Lo mismo se puede decir al describir CRISPR como una herramienta de edición para “cortar y pegar”. Los genomas son demasiado complejos como para ser modificados con una predictibilidad completa; la mentalidad reductora que crea una metáfora como la de cortar y pegar o la de las tijeras moleculares es la mentalidad equivocada para intervenir sistemas complejos como el ADN. Es el tipo de pensamiento que lleva a predecir coches voladores.
En medicina, puede valer la pena explorar algunas aplicaciones CRISPR para algunas enfermedades genéticas simples, particularmente si pueden aplicarse fuera de la
línea germinal. Hay probablemente otras aplicaciones en medicina (editar
plásmidos, virus y bacterias, por ejemplo) donde los beneficios podrían ser altos. Cuando hablamos de aplicaciones de conservación ambiental o de especies, mi entusiasmo con CRISPR se desvanece