En estado salvaje (novela con la que Charlotte Wood ganó el Premio Stella 2016, el Premio al Libro Indie del año y fue finalista del Miles Franklin) cuenta cómo diez mujeres son secuestradas por dos hombres repugnantes y una colaboradora y recluidas en una remota finca rodeada de vallas electrificadas. Hay una modelo, la secretaria de un parlamentario, una celebrity de la prensa rosa… Lo único que parece unirles es su condición de mujer y la incógnita de saber qué han hecho para haber sido recluidas.
En estado salvaje muestra ese pequeño entorno donde domina la brutalidad, el miedo y la desconfianza, y narra cómo las mujeres son sometidas a malos tratos e insultos, y cómo se enfrentan a esta situación. Encerradas en un lugar inhóspito y sin la explicación de por qué están allí, las diez muejeres protagonistas de la novela de Charlotte Wood sólo pueden intentar sobrevivir, con mayor o menor fortuna, a las dificultades que se les plantea.
Koratai
En estado salvaje es una lectura bronca, áspera y tremendamente incómoda. Con un lenguaje directo, descriptivo, contundente y sin rodeos, Wood construye una alegoría cargada de un simbolismo fascinante en el que disecciona, llevándolo a un extremo brutal, la fibra de la que está hecha el músculo del machismo. Wood no juega con las emociones del lector, le basta con exponernos a una situación que, aunque disfrazada de situación poco probable, sin embargo está construida con todos los elementos de la realidad que vivimos hoy, ahora, aquí, allí y que, de forma más o menos transversal, está en absolutamente todas las sociedades del siglo XXI. Las diez mujeres se encuentran en esa situación porque todas ellas se han visto envueltas en escándalos sexuales de más o menos notoriedad social. Curiosamente, cada uno de los diez casos tienen su correlato en la realidad, y basta para ello tener memoria o revisar la prensa internacional. Victimas que son señaladas como culpables… por ser mujeres. Por eso están encerradas ahí. No desvelo nada que no se sepa, ni en la vida real ni en el propio libro, ya que pronto queda despejada esta incógnita. No es el porqué las llevan allí, sino qué pretenden al mantenerlas encerradas. Algo que nunca llegaremos a saber. Ese es el punto de partida: castigar a la víctima. Culpabilizar a la víctima. Eres mujer, eres joven, eres bella, eres puta… Cuando te despojan de todo lo que te visibiliza como mujer… sigues siendo mujer. Cuando te despojan de todo aquello que te dignifica como persona… sigues siendo mujer. Charlotte Wood reviste de metáforas esta parábola que supone En estado salvaje y el lector, desde su posición de espectador, no podrá evitar entrar en la salvaje prisión que supone para estas diez mujeres su encierro involuntario. No somos espectadores pasivos, porque te ahogas. Presión y prisión son dos palabras que en castellano sólo se distinguen por una vocal, y seguramente sin pretenderlo, Wood consigue un juego entre ambas palabras que es realmente espeluznante, cuando hablamos de la presión de ser mujer y de la prisión que supone ser mujer en una sociedad que te condena aunque seas víctima. Presión y prisión. Externas e internas.
Algunos políticos todavía se atreven a decir que el cambio climático es una fantasía, otros intentan esquivar la realidad con retórica mediática .Este viernes estaremos tocando en Madrid en la manifestación convocada por @greenpeace@greenpeace_esp@banksypic.twitter.com/Gk7kdRsn6w