Tom Kucharz, miembro de Ecologistas en Acción y portavoz de la Campaña, advierte de que en esta entrada en vigor se incluye el capítulo sobre Servicios Financieros, que "permite al sector bancario y financiero la venta transfronteriza de servicios financieros de alto riesgo al y desde el mercado único de la UE". "Una vez en vigor, todas las medidas relativas a liberalizar el comercio transfronterizo de servicios financieros entre el Canadá y la UE se regirán por la CETA, un paso para dar más derechos a los bancos y especuladores", apunta.
Además del poder que concederá al sector financiero, Kucharz destaca que el artículo 13.11 del tratado "establece el requisito de que se publiquen todos los nuevos reglamentos para que los interesados -esto es, las empresas- puedan «familiarizarse con ellos". "Existe la obligación de notificar y permitir 'comentarios' a la industria financiera para cualquier medida particular que pueda adoptar la UE y que pueda afectar a los intereses del sector. También se crea un Comité de Servicios Financieros para llevar a cabo un “diálogo permanente” sobre la regulación de los sectores de servicios financieros tanto en la UE como en Canadá", apunta.
Según su relato, tras el 21 de septiembre se podrán importar "productos de carne canadiense tratados con productos tóxicos y prohibidos en la UE, tales como hormonas o ractopamina, e incluso salmón transgénico". Por no hablar del hecho de que "los niveles máximos de residuos de plaguicidas autorizados en los productos alimenticios son mucho menos exigentes en Canadá que en la UE", o de la apertura de la puerta a importar productos canadienses "derivados de la extracción de hidrocarburos procedentes de arenas bituminosas" que supone el CETA, zanja.
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